miércoles, 18 de junio de 2008

mI fLoR


Mayo del 2008

Recién me casé mi esposo y yo vivíamos en una casita en el centro de la ciudad. A dos casas vivía Perita, una señorita de edad avanzada, muy amable y muy sociable, siempre saludaba a todos los de la calle y conocía bien la situación de casi todos los vecinos, ya que ella vivía ahí desde que era una niña. Un día toco a mi puerta para obsequiarme una maceta con unas hermosas violetas, cómo símbolo de bienvenida y le dijo a mi esposo que si yo cuidaba bien esa planta significaba que sabría cuidar bien mi hogar y a los hijos que fuéramos a tener.
Yo nunca había tenido bajo mi cuidado ningún tipo de planta, no sabia cuanto sol y cuanta sombra necesitaba, tampoco cuánta agua, ni cada cuando, menos aún si requería de algún tipo de abono especial o condiciones de temperatura, en fin. Yo había visto miles de violetas en otras casas y jardines, incluso en la casa de mis padres, pero aun así no tenia idea de cómo cuidar mi reciente obsequio.
Pero bastó con que le preguntara a cualquier ama de casa, amiga, vecina o pariente, para que me dieran un sin número de respuestas inmediatamente, para ellas era muy fácil responderme porque la mayoría habían tenido alguna vez flores de esta especie.
¿Pero qué hubiera tenido que hacer si Perita me hubiera obsequiado una planta muy especial, única, algo así como una “orquídea del paraíso” de las cuales hay muy pocas, y que muchas veces solo un experto en flores sabe apreciar y cuidar de manera adecuada?
Pues ni mi mamá ni nadie que conozco me hubiera podido ayudar, por que todas estas personas que me pudieron ayudar con mis violetas jamás habían tenido una “orquídea del paraíso”.
Hoy Dios ha puesto en mis manos a la flor más hermosa que mis ojos han visto, Sofía, una flor tan especial, única e irrepetible, para mí ella brilla como ninguna, pero ella requiere de cuidados especiales y cuando llegó a mi vida yo no sabía a quien acudir, pero la vida me fue llevando poco a poco a todas las respuestas que he ido necesitando.
No tengo palabras para agradecer a todos los especialistas en orquídeas que me han ayudado a conocer y a saber cuidar a mi hermosa flor.
De todo corazón mil gracias.

Dedicado a mis mejores jardineras y jardineros:
Mtra. Guille, con el amor a la vocación que tiene ha sido mi guía y me ha enseñado y ayudado a plantar con firmeza las raíces de mi floresita, Dios quiera que continúe como hasta ahora.
Viky, Nely, Silvia, Vero, Isabel, Lupita, Adriana, Flor, Tere y Mari: que de todas ustedes aprendí la fuerza, perseverancia, esperanza, orgullo, paciencia, alegría y mucho amor.
Silvana, Dora, Eva y muchas amistades a larga distancia que me han hecho saber que nunca esta uno solo y que aún del otro lado del mundo hay alguien que esta compartiendo los mismos sentimientos.
También gracias a mi maestra #1, mi mamá, que si no me supo dar respuestas inmediatas, ha estado todo el tiempo a mi lado ayudándome a encontrarlas y me ha enseñado como ser una buena madre y a buscar lo mejor para mis hijos tanto con su ejemplo desde el día en que nací y hasta hoy en día aconsejándome.
Y a mi maestro consentido, mi papá, que a pesar de la hora o el cansancio siempre tenia tiempo para ayudarme y explicarme mis tareas con toda la paciencia de un excelente profesor, que me enseñó que con disciplina y constancia es la mejor manera para lograr los sueños, y aunque no son mis mejores cualidades han sido mis mejores herramientas para cuidar mi flor.
Y por último a mi esposo, que no me ha dejado caer y me ha enseñado esa fortaleza, amor y optimismo que sólo un esposo y un papá tan amoroso como él puede dar.

Con amor Nidia

4 comentarios:

Mami dijo...

Que linda flor!...con cuidados delicados como solo una mama los puede dar nuestras flores creceran, y lo mejor de todo.. seran felices!!

Laura dijo...

Esta niña serà mucho màs feliz que ahora (y eso ya es difìcil). Les deseo lo mejor para el resto del año y que disfruten de la linda familia que tienen.
Mi prìncipe y yo

Ana Pastor dijo...

Que bonito, me he emocionado mucho. SIgue disfrutando de tu nena.

lucha tovar dijo...

con lo que cuentas me has hecho recordar a mi mamita que se entregó toda a mí cuando me enfermé sin pensar en ella en ningún momento ni en el cansancio, ni en el hambre, ni en su tristeza, ni en su pareja, eso si muy preocupada por sus hijos pero aun así disimulaba todo eso que les digo para qu "yo no sufriera " ni notara su sufrimiento, no cabe duda quq una madre dá todo por sus hijos. TE ADMIRO MUCHO sigue adelante y siéntete orgullosa de lo que han logrado lalo y tu que sofi progrese. Los quiero y siempre estaré a su lado para lo que me necesiten. Les puedo decir ahora que gracias a mis papás soy ahora una mujer segura sin complejos y una madre y esposa feliz feliz.