lunes, 14 de mayo de 2007

Venta de lagrimas


Eran las 3 de la mañana y no podías dormir, tus gritos vibrantes enternecedores, manitas al pecho, sonidito de enojo, 5 onzas te empacaste, sorprendente ¿dónde puede caber tanto? El cuerpo de tu mamá nos hacía sombra de la lámpara vieja de la abuela. A la mañana siguiente como si nada, pequeña tramposa, tu sí puedes dormir a la hora que quieras, los demás no........
Ya prendido el carro esperando que bajaras del cuarto tu mamá gritó, “bájate a sofita”, “¡hay voy!” respondí, ya encaminados a nuestra casa, empezaste a gritar parecía que sabías a dónde nos dirigíamos, a nuestra casa, ya llegando te subimos para que conocieras tu habitación, dicen que los bebés en sus primeros meses no logran ver más allá de un metro, pero estoy convencido que tú veías más allá de ese metro.
Pues ya en su cuna otra vez soltó el llanto, pues sí, no le gusto.... mucho desorden, zapatos de mamá por el piso, camisas de papá colgadas en todos lados, el edredón sucio en una esquina, cajas por aquí, cajas por allá, jajaja esto cambiará... aunque en ocasiones digo “¿esto cambiará?”
Lloraste hasta que lograste que te cambiáramos a nuestra habitación, empiezo a sospechar quién va a mandar en la casa, y que me disculpe Nidia, pero creo que ella no lo será..........Sofita siempre logras lo que quieres.
Ya de regreso lagrimas y gritos no dejabas de brindar, ¿otra vez?, querías ver por la ventana un mundo que poco a poco descubriremos, no tardó mucho en que tu mamá te describiera lo que estaba allá afuera, un pajarito, un árbol, el campo, un vaca, como cosa mágica te callaste, parecía que supieras lo que estabas viendo.
Llegando a casa de la abuela te acostamos en el sillón rojo pasión, que algún día te contará del noviazgo de tus papas jijijijijiji, parecía que ya estabas tranquila, todo en calma, si hubiera podido contar las lagrimas de este día me faltarían números para poder regístralas...

1 comentario:

Maharaji dijo...

Hola preciosa. Apenas te conocí por foto y siento que te conozco de años. Vienes de allá donde bajan los ángeles sin ser vistos, me he dado cuenta.

Me siento orgullosa y feliz de ser tu tía. Te esperábamos desde hace tiempo. Tu carita me dice que la felicidad es parte de tu naturaleza y de tu corazón. Mil gracias por estar aquí. Tus primos y yo te amamos.